Jose Bolado
Puerta de la costa verde quieren colocar a este pueblo, pero la Villa no sirve de portal a nadie; es la antigua Puebla de Aguilar, castillo y palacios; escudo en Babilonia, en el Cercado, en la Casa de Gastañaga y en la de Ribero.
Casa real de los Bernaldo de Quirós, en la calle Mayor; sepulcros blasonados en la Parroquia; una Salea que es de origen griego; un Fuero de gran abolengo, refrendado por once monarcas; San Roque hospitalario y divino; la Virgen de Guía que surgió del mar, pura y brillante como una perla en su concha. El Cristo del Camino con el milagro de proteger a los mercaderes caminantes, librándolos de los bandidos; San Antón con el cerdito negro a la vera sonando sus campanitas de oro; la Magdalena recibiendo la devoción más profunda de sus cofrades; Santa Ana rodeada de barcos, prendas de hombres de mar, que vencieron a la muerte con la fe; la Salud en los Altares; San Felipe en sus barrios del valle de Mijares; San Patricio en Pancar, este santo es tan maravilloso que cuando predicaba durante su vida de misionero allá en Irlanda, explicaba el misterio de la Santísima Trinidad con un trébol de tres hojas, en las que mostraba la pluralidad de las Tres Personas y, a la vez, hacía comprender a sus neófitos que, también, eran una sola.
(María Luisa Castellanos)
