Fiesta Navideña

Era la Navidad del año 1897, en Llanes, como en toda España, se celebraba con júbilo las buenas noticias que de Cuba habían llegado.
La prensa, que con sus sugestivas alegría y halagüeños cálculos había de contribuir a llevamos a la guerra con los yanquis, influía también en la algazara que se había armado con la muerte de Maceo, hecho en que todos habían cifrado la esperanza de ver terminada la insurrección cubana.
Los estudiantes, jaraneros y alborotadores, vinieron a vacaciones llenos de ardor patriótico. A su contacto se contaminaron los alumnos del Colegio de la Encamación, y el día de nochebuena Llanes parecía una gran población.
Pocas veces se vio tanta gente en la misa de Gallo. Al preludiar el órgano viejo los aires asturianos con las estridencias del registro de “orlos”, subieron en tropel al coro buen número de estudiantes, y ante la protesta de don Cayetano y Lecio (el sacristán), comenzaron a participar en la Misa Pastorela, en la que aquél hacía tantas filigranas y fermatas.
Uno de los estudiantes, que unía a su nombre de Ángel el de su gracia y «gitanería», convenció a don Eloy y a don Cayetano y logró entonar el incarnatus.
Pero no contó con que el solo tenía tonos altos, a donde no podía llegar su voz. Y cuando tuvo que atacarlos y ya no había modo de buscar solución, la encontró él con gran desenfado largando una sonora carcajada que puso en alarma al público de la iglesia.
Aquel año se cantaron al ofertorio los villancicos de El Imparcial que decían:
Canta, pues, que tienes
en la Navidad
un mulato menos
y un Rey Niño más.
No sabemos si el patriotismo neutralizaría el sacrilegio de esos cánticos convertidos en sagrados.

(El Oriente de Asturias)

Compartido por Jose Bolado

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